Atrévete a mezclar colores que tradicionalmente no se consideran combinables.Un ejemplo clásico es el rosa con rojo o el azul marino con negro.
Estas combinaciones pueden parecer arriesgadas, pero cuando se hacen con intención, añaden un toque audaz a tu estilo.
Para evitar sobrecargar tu look, elige una pieza de color intenso y combínala con otra en un tono más sutil pero contrastante.
Por ejemplo, un pantalón rojo con una blusa rosa pálido.